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Siempre fue difícil ser el segundo hijo del monarca, el número dos en la línea de sucesión al trono. El repuesto. Irremediablemente condenado, salvo tragedia o enorme imprevisto, a perder puestos en el escalafón de la corona a medida que el primogénito, el heredero, acumula descendencia.
El príncipe Joaquín de Dinamarca, de 55 años, segundo hijo de la reina Margarita II y hermano menor del rey Federico X, se muestra "más honesto y vulnerable que nunca", como apuntan los medios daneses, en un nuevo documental, Hærvejen (El camino del Ejército), que se acaba de exhibir en Copenhague en el festival de cine CPH:DOX y que llegará al gran público el próximo junio por medio de la cadena estatal DR.
El documental, dirigido por Jesper H. Grand, sigue a Joaquín mientras camina con el escritor y médico Steffen Jacobsen por Hærvejen, una antigua ruta que se extiende desde el norte de la península de Jutlandia hasta el sur, cerca de lo que fue la frontera con Alemania entre 1864 y 1920, antes de la reunificación danesa. Durante el recorrido conversan sobre la historia de Dinamarca, la ruta en sí, la naturaleza y sus propias vidas.
Las partes más llamativas son probablemente aquellas en las que Joaquín habla sobre sus dudas existenciales: "Cuando veo la vida de otras personas me pregunto a menudo a mí mismo: ¿Soy un producto? ¿Tengo algo que ofrecer a los demás aparte de... ?" Y deja el resto en el aire, sin acabar la frase.
Falta de empatía
En un momento del documental, Jacobsen se molesta con Joaquín por su falta de empatía cuando le dice que tuvo cáncer: "Si se lo hubiese contado a otras personas, habrían mostrado más interés, preguntando qué tipo de cáncer fue y si estoy curado". El príncipe admite la crítica: "Eso refleja lo reservado que soy, lo cual posiblemente sea mi mayor defecto".
Freja Dam, crítica cinematográfica del diario Berlingske, observa que Joaquín sabe mantener conversaciones afables, pero se muestra extremadamente cauto para no sobrepasar los límites ajenos, sin duda porque ha sido educado para ser muy celoso de su privacidad. Una interesante mezcla, indica Dam, de ceguera social ante la relevancia de los sentimientos ajenos, derivada de su privilegiada posición y de una sensación de no tener nada que aportar en conversaciones sobre los aspectos más duros de la vida.
El hijo de la reina también contesta de refilón cuando Jacobsen inquiere sobre la relación con sus padres. Joaquín responde que el príncipe consorte Enrique era "estricto, pero cercano". Jacobsen le interrumpe: "No estás contestando la pregunta". Joaquín reconoce entonces que tiene una especie de mecanismo interno de defensa que le impide responder directamente a ese tipo de cuestiones personales. "En casa me lo achacan a diario", revela, seguramente en referencia a Marie, su segunda mujer.
Jacobsen, de 68 años, procede de la clase trabajadora, "del culo de la sociedad" como dice él. Pese a ello, logró convertirse en médico y escritor. En declaraciones a los medios con ocasión del estreno del documental, Jacobsen ha elogiado sin reservas a su compañero de marcha: "En realidad, ambos somos outsiders. El príncipe me ha impresionado mucho. Es una persona muy cabal, con un gran sentido del humor y que sabe mucho de casi todo".
En partes del camino, el escritor y el príncipe van descalzos. En una pausa bajo la sombra de un árbol Jacobsen le pide a su acompañante que reflexione sobre el significado que la palabra soledad tiene para él. "Y, joder, tienes que ser honesto", le espeta. Joaquín explica que la primera vez que realmente tuvo un claro sentimiento de soledad fue como consecuencia de su separación de Alexandra Manley en 2004, tras nueve años de matrimonio y dos hijos.
"No fue simplemente soledad, soledad", añade. "Fue una extraña soledad derivada de que había hecho algo irreversible. Necesario. Algo que ocurría por primera vez en mi familia en una eternidad de tiempo y que chocaría a muchísima gente". Jacobsen le pregunta luego si se sintió culpable por el divorcio, si llegó a sufrir. "Sí, culpable por todo y ante todos", admite Joaquín. "Esa soledad, esa forma de sentirla, me marcó profundamente. Por supuesto, de alguna manera fue una depresión. Una depresión por haber fallado".
No es la primera vez que Joaquín habla abiertamente de sus sentimientos. En una entrevista concedida en 2021 a la revista francesa Point de Vue admitió que le resultaba difícil entender cuál era su papel como segundo hijo de la reina Margarita: "Entre nosotros, es más complicado. El príncipe heredero sólo tiene que seguir el camino establecido. Pero para el número dos, y para su esposa, no hay nada determinado, ni por escrito ni oralmente".
Una situación que condujo a una profunda crisis familiar cuando la reina, que abdicó en Federico en enero de 2024, retiró un año antes los títulos de príncipes y princesas a los cuatro hijos de Joaquín (dos con Alexandra y dos con Marie): Nicolás, Félix, Enrique y Athena.
Pese al disgusto, Joaquín se ha mantenido siempre fiel a la corona, a diferencia del más famoso de los número dos europeos, el príncipe Harry. Joaquín trabaja actualmente como agregado militar en la embajada danesa en Washington, complicado puesto en los trumpistas tiempos actuales al que llegó en septiembre de 2023 tras ocupar el mismo cargo durante tres años en la embajada en París.